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martes, 15 de octubre de 2013

Cuidado con lo "natural"


La palabra "natural" acompaña hoy en día a miles de complementos alimenticios, suplementos nutricionales, productos a base de plantas, "quemagrasas" y otras muchas sustancias con supuestas propiedades saludables. Sin embargo, utilizar este término en estos casos es una práctica que prohibe de forma explícita la legislación española. Os diréis que no tiene mucho sentido, ya que lo natural evoca imágenes más saludables, pero sí, sí lo tiene.
Mediante un Real Decreto de Agosto de 1996, lo que se prohibe es usar el término "natural" como característica vinculada a pretendidos efectos preventivos o terapéuticos (es decir, para prevenir o curar una enfermedad) en cualquier clase de publicidd o promoción de:
  • remedios secretos
  • fórmulas magistrales
  • preparados oficinales
  • productos en fase de investigación clínica y
  • productos, materiales, sustancias, energías o métodos con pretendida finalidad sanitaria (diferentes a los medicamentos o a productos sanitarios con normativa específica)

El impacto de la palabra "natural"  en el consumidor
Según la Real Academia Española natural es todo lo perteneciente a la naturaleza y, a su vez, la naturaleza es el conjunto, el orden y la disposición de todo lo que compone el universo.
Por lo tanto, tan "natural" es la Selva del Irati como el maloliente azufre extraido de la corteza del Teide.
Tenemos que tener en cuenta que aunque asociemos la palabra "natural" con algo saludable, lo cierto es que el fabricante puede utilizarla en un extracto de una planta, por ejemplo, que ha sufrido modificaciones fisicoquímicas, pero cuyo origen es, sin lugar a dudas, la naturaleza. Pero también, el hecho de que una sustancia sea "pura" y originaria de una planta, no garantiza su salubridad (sin ir más lejos, la cocaína).

Natural no es sinónimo de seguro, inocuo o beneficioso es una frase que no se cansan de repetir las autoridades sanitarias, nacionales o internacionales.
Y esta postura deriva del hecho de que, tanto los suplementos nutricionales como muchas hierbas que podemos comprar, pueden tener actividad biológica en humanos y de que es preciso conocer su composición y evaluar su seguridad a largo plazo antes de exponer a la población a su uso y, sin embargo, no suele hacerse.
Es de entender, por tanto, las declaraciones de distintos organismos de que el uso del término "certificado", "verificado" o "estandarizado" en un complemento alimenticio o en un suplemento a base de plantas, no garantiza la calidad del producto, que la calidad del ingrediente activo puede ser superior o inferior al detallado en la etiqueta, que un suplemento a base de plantas puede contener principios activos no conocidos y que dicho suplemento puede estar contaminado con otras hierbas, pesticidas o metales, o incluso estar adulterado con ingredientes no declarados, como medicamentos.
Y tampoco extraña que el Grupo de Revisión y Posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas Nutricionistas detalle que una de las características que define a los productos fraudulentos es que contengan afirmaciones que sugieren que el producto es seguro, ya que es "natural".


Conviene recordar que una alimentación equilibrada es como un abrazo: no necesita palabras "comodín" para que sepamos que es saludable.

Esto es un resumen de la página http://www.consumer.es/web/es/alimentacion/aprender_a_comer_bien/complementos_dieteticos/2013/09/17/218075.php