Todos los niños pasan por fases en las que comen menos, sobre todo entre los 2 y 5 años experimentan una disminución del apetito por causas fisiológicas, ya que necesitan menos calorías porque en esta época el crecimiento es más lento que en los dos primeros años.
La ONU señala que un niño mal comedor es aquel que de manera habitual come poca cantidad o poca variedad de alimentos, o ambas circunstancias a la vez.
Según los expertos, los niños inapetentes tienen más probabilidades de sufrir carencias nutricionales con el paso del tiempo, ya que se niegan a comer alimentos ricos en vitaminas, minerales y fibra, y también de que en un 4% de los casos derive en obesidad infantil. Las verduras y las hortalizas son los alimentos que mayor rechazo producen, con un 64%, les siguen el pescado, legumbres y fruta.