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viernes, 23 de enero de 2015

Sabañones


Los sabañones son una respuesta inflamatoria de la pared de las arterias y venitas superficiales de zonas distales como dedos de manos y pies y el reborde de las orejas, que son las zonas que más tienden a enfríarse por ser, a su vez, las más expuestas. Se producen generalmente en personas que tienen una cierta predisposición a enfermedades de los vasos sanguíneos (vasculopatías), pero sus causas aún no están claras (podría existir un componente inmune activado por el frío). Suelen ser más frecuentes en mujeres jóvenes con una mayor susceptibilidad al frío.

Sintomatología

La sintomatología de esta afección va desde formas más leves a otras más graves. Las formas leves se caracterizan por sensación de hormigueo y de ardor en los dedos. La piel puede adquirir un color violáceo o azulado y aparece un picor (prurito) muy intenso. El rascado puede acentuar los síntomas de la lesión al erosionar la piel. Cuando la lesión avanza pueden aparecer pequeñas vesículas sobre la piel acompañadas de inflamación. Al abrirse las vesículas y agrietarse la piel debido a la inflamación, pueden producirse úlceras. La forma más grave consiste en la aparición de úlceras cutáneas, que pueden infectarse.


Tratamiento

Hacia finales de Noviembre y principios de Diciembre, las personas predispuestas empiezan a tener problemas. El mejor tratamiento es la prevención, ya que una vez establecidos los sabañones, el tratamiento que se puede realizar es muy limitado, porque las rutinas que han llevado a su aparición continúan, por estar generalmente asociadas al tipo de trabajo o actividad diaria.
Dadas las limitaciones que tiene el tratamiento una vez que han aparecido los sabañones, el mejor consejo para quien los padezca cada año es que se protejan desde antes que aparezca el frío (septiembre y octubre) y que acudan al médico, que es quien puede valorar la necesidad o no de tomar alguna medicación que favorezca la circulación de las venas superficiales.
Las medidas habituales de protección del frío son esenciales, ya que es el causante del problema. Se deben mantener abrigadas y calientes manos, pies y partes más expuestas de la cara con gorros, guantes, orejeras, etc. para todo tipo de actividad realizada en el exterior y que suponga exponerse a bajas temperaturas y cuando se trate de limpieza , además de emplear guantes gruesos, utilizar agua caliente.
El humo del tabaco produce vasoconstricción (estrechamiento) de los capilares por lo que debe evitarse el consumo de tabaco así como todos aquellos ambientes donde se fume.