Estás toda la semana trabajando (quizás has trabajado el sábado también) y el día que tienes fiesta decides pasarlo en la playa o la piscina. Pero al llegar a casa descubres que tienes la piel más roja que un tomate.................... ¡¡¡ te has quemado!!! Quizás te has aplicado el fotoprotector, pero lo has hecho mal o en cantidad insuficiente; tal vez te has quedado dormida bajo el sol............ Sea cual sea la razón, la piel ya se ha quemado y la intensidad del dolor y la tirantez dependerá de cómo tratemos la piel en esos primeros momentos.
Todos sabemos que también podemos quemarnos en el monte o cuando realizamos caminatas largas, pero muchas veces no tenemos en cuenta que un simple paseo por la ciudad en que vivimos puede ser suficiente para quemarnos.......... ¡¡¡¡¡ hay que salir de casa siempre con el fotoprotector puesto!!!!!
Lo primero que se debe hacer es valorar la gravedad de la quemadura. Si sientes desmayos, náuseas, fiebre o palpitaciones.......... vete al médico porque podría tratarse de una insolación. Pero aquí voy a daros ciertos consejillos para las quemaduras más leves, que no por ello dejan de ser molestas.