Labels

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Bronquiolitis en un bebé


Las infecciones respiratorias agudas son las enfermedades infecciosas más frecuentes en el ser humano. Los niños pueden tener hasta 8 infecciones respiratorias en un año . Las que se producen en los 12 primeros meses de vida de un bebé, cuando todavía es un lactante, afectan a las vías respiratorias inferiores o bajas (bronquios y pulmón).
Los gérmenes que con mayor frecuencia se asocian a las infecciones respiratorias en el niño son los virus. Las infecciones de origen vírico afectan a niños de todas las edades, si bien predominan por debajo de los 5 años y son especialmente frecuentes en menores de 2 años. Pero, aún siendo una enfermedad muy frecuente, no es demasiado grave, a excepción de los menores de dos meses.
Pero a todos se nos parte el corazón oírle esa tos tan fea y ver que no puede respirar.






Lactantes: mayor riesgo de infecciones respiratorias

La facilidad para presentar síntomas de obstrucción de los bronquios durante el período de lactancia puede comprenderse por algunas de las características de las vías aéreas de los niños a estas edades:
  • Cuanto más pequeño es el niño, menor es el calibre de sus vías aéreas (bronquios y bronquiolos) y, por tanto, mayor es la resistencia al paso del aire. Si a ésto se añade, como consecuencia de una infección vírica, una inflamación de la pared interna del bronquio y/o bronquiolos, se generan signos y síntomas de obstrucción de los bronquios de forma más llamativa
  • Las glándulas productoras de moco de las paredes de los bronquios y bronquiolos son más numerosas, existe mayor secreción de moco y los mecanismos defensivos para la eliminación del moco (tos y expectoración) están mal desarrollados o son poco eficientes
  • La musculatura del tórax del bebé es más débil y la postura habitual del lactante, tumbado, dificulta la función respiratoria que tiene el diafragma. Esto explica que cuanto más pequeño es el lactante, su mecánica ventilatoria es menos eficaz
Todas estas circunstancias explican que cualquier infección vírica sea capaz de provocar fenómenos obstructivos en la vía aérea del lactante.


 Qué es la bronquiolitis

 Es una enfermedad de origen vírico y de curso agudo, que se caracteriza por inflamación de la mucosa que recubre la pared interna de los bronquiolos (las vías aéreas más pequeñas) y por aumento en la producción de moco. Los síntomas son los mismos que los de un cuadro catarral normal con tos y mocos, aunque después afecta a los bronquiolos y aparece la dificultad para respirar (pitos o sibilancias).
Se presenta predominantemente en invierno, aunque puede tener lugar en cualquier época del año.

Cómo se contagia

La transmisión de los virus respiratorios se produce a través de las secreciones respiratorias. Esta propagación puede prevenirse con determinadas medidas higiénicas. Las que han demostrado ser más eficaces son las siguientes:
  • cubrirse la nariz y la boca con un pañuelo al toser o estornudar, evitando tocarse los ojos, la nariz y la boca. Es mejor utilizar pañuelos de papel que los de tela (donde los virus permanecen). Si no se tiene pañuelo, taparse con la manga de la camisa en la parte interna del codo, en lugar de en la mano

  • lavarse las manos con agua y jabón o soluciones alcohólicas después de toser, estornudar y antes del contacto con el niño. El moco del estornudo o la tos contacta con las manos y si luego tocamos al niño o toca los objetos que vaya a tocar el niño en un corto periodo de tiempo, esos objetos y esas manos son contagiosos y pueden transmitir la enfermedad


Estas medidas de prevención hay que tenerlas en cuenta en niños que presentan factores de riesgo :
  • lactantes por debajo de los 3 meses
  • si presenta patología crónica o persistente, como cardiopatías o enfermedad pulmonar crónica
  • niños prematuros
  • niños que viven en ambientes de fumadores
La lactancia materna es protectora frente a la infección por la transmisión de anticuerpos a través de la leche.

Tratamiento

El tratamiento de la bronquiolitis en casa es básico y muchas veces es el único que se debe realizar.
La mayoría de los casos van a ser leves y, por tanto, tratados en el domicilio.
Las horas críticas son las 48 o 72 primeras horas (Dr. Santiago Rueda Esteban, Unidad de Neumología infantil de Hospital Clínico de San Carlos, Madrid)
Las recomendaciones son:
  • Lavados nasales frecuentes y eliminar la obstrucción nasal mediante aspiración, sobre todo antes de las tomas, a demanda y antes de la terapia inhalatoria si se la ha prescrito el pediatra. Se puede utilizar suero fisiológico o agua de mar isotónica para bebés para ablandar la mucosidad nasal y arrastrar y lavar el moco, y un aspirador nasal para succionar la mucosidad y sacarla de la nariz del bebé (al ser una infección vírica, hay que desechar el recambio en cada uso, para evitar reinfección)

  • Humedad ambiental adecuada: puede ser útil utilizar humidificadores para mantener una humedad constante
  • El bebé en la cuna debe estar boca arriba (lo que se llama decúbito supino) con una ligera elevación de la cabecera, por ejemplo, doblando una manta y metiéndola bajo el colchón
Lo que hay que vigilar
  • Es preciso tomar la temperatura corporal del niño varias veces al día
  • En caso de fiebre o febrícula: lo más correcto es el uso de analgésicos o antitérmicos como paracetamol o ibuprofeno, que también mejorarán el estado general del niño. Es importante comprobar que toma la dosis correcta de medicamento, de acuerdo con su peso y edad
  • La hidratación es clave para el control de la enfermedad: asegurarse de que toma líquidos por vía oral; lo mejor es ofrecer pequeñas cantidades frecuentemente si vemos que no tolera la ingesta de líquido
  • La tos se puede combatir con una buena hidratación. No administrar ningún medicamento, ni siquiera expectorantes, sólo fomentar que el niño tome líquidos ( agua, zumos...........)
  • La temperatura ambiental no debe ser superior a 20º
  • El humo del tabaco, ya sea directo o no, puede agravar los síntomas de la bronquiolitis
  • Procurar un ambiente tranquilo: no molestarlo con maniobras bruscas, ponerle ropa cómoda y amplia, y evitar arroparlo en exceso
  • Vigilar posibles signos de empeoramiento como: mayor dificultad para respirar, aumento de la frecuencia respiratoria, rechazo del alimento o vómitos, agitación o somnolencia inusuales
  • El pequeño no deberá volver a la guardería hasta la desaparición completa de los síntomas
Prevención
  • Lactancia materna: dar el pecho al bebé durante los 4 primeros meses de vida reduce hasta en un 70% el riesgo de hospitalización

  • Asistencia a guarderías: la asistencia a la guardería durante la época de "epidemia" aumenta el riesgo de infección en un 110%, y se relaciona con una mayor frecuencia de ingreso hospitalario en recién nacidos prematuros. Estos efectos se pueden reducir educando a los cuidadores sobre los principios básicos de la transmisión de la enfermedad y extremando las medidas de higiene dentro de las guarderías, jugando un papel fundamental el lavado de manos

  • Tabaquismo pasivo: se debe mantener un ambiente libre de humo de tabaco dentro del domicilio y en el entorno del niño
  • En el domicilio: lavarse las manos y cubrirse la nariz y la boca al toser o estornudar (comentado anteriormente), uso de mascarillas en adultos y niños mayores con enfermedad respiratoria al acercarse al niño

0 comentarios:

Publicar un comentario