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martes, 3 de septiembre de 2013

Dientes de leche: los primeros dientes del bebé


Entre los cuatro y seis meses después de nacer, es bastante común que a los bebés empiece a caérseles la baba más de lo normal y que empiecen a asomar sus primeros dientecitos. El primer diente del bebé es un acontecimiento que jamás olvidamos los padres, pero para algunos bebés no es ningún motivo de celebración.
El ritmo de salida no es el mismo para todos los niños. Algunos bebés tienen que esperar hasta los doce meses para lucir su primer diente y, sin embargo, otros pueden nacer con alguno. Es lo que se define como "dientes congénitos", un caso poco frecuente que no supone ningún  riesgo para la salud del bebé, pero que puede ocasionar algún problema a su madre para la instauración de la lactancia.



En el orden de aparición juega un papel importante la genética. En general, si la primera dentición de los padres fue temprana, lo habitual es que a sus hijos les suceda lo mismo. Pero la experiencia ha revelado que la espera tiene su recompensa:  los dientes que salen más tarde, están más formados y su dentina es más resistente a la formación de caries.
Los primeros dientecitos que salen, por lo general son los incisivos centrales inferiores, luego los superiores, posteriormente los incisivos laterales, luego los caninos (colmillos)...................... y así hasta la erupción de los molares, que suelen ser los últimos y que asoman alrededor de los 30 meses.
La salida de los dientes en los bebés prematuros se produce algo más tarde y, en la aparición de la dentición temporal, no suele haber diferencias entre niños y niñas. Sin embargo, en la erupción de los dientes definitivos, se observa un adelanto de entre 6 a 12 meses en las niñas respecto a los niños,  debido a la influencia hormonal.
El orden de aparición de los dientes de leche tiene mucho que ver con el desarrollo de su alimentación. Por eso, los primeros en salir son los incisivos, ideales para masticar verduras y alimentos blandos. Después vendrán los caninos y molares, más adecuados para triturar la carne.

Los primeros síntomas de la dentición infantil

Lo más común es que la encía esté roja e inflamada; esto suele coincidir con los días en que el bebé está más irritable y que, a su vez, no hay otro problema que justifique este malestar. Y es que mientras algunos niños pasan los brotes de su dentición casi sin enterarse, a otros les produce molestias.

Es normal
  •  que se lleven los dedos y el puño a la boca con mucha frecuencia y con un deseo irrefrenable de morder para presionar las encías

  • que su babeo sea más abundante de lo habitual, producido por la estimulación de saliva que produce la dentición
  •  que presenten una irritabilidad inusual debido al dolor de encías
  • que lloren más de la cuenta y tengan problemas para coger el sueño

  • que rechacen la comida aunque tengan hambre por el aumento del dolor que produce la succión
  •  que presenten diarrea y que las deposiciones sean ácidas, pudiendo provocar escozor y enrojecimiento de la piel del culete del bebé
  •  que tenga fiebre baja a causa de la inflamación
Normalmente estas molestias desaparecen cuando el diente rompe la encía y deja de hacer presión sobre ella.

Cómo aliviar las molestias de los primeros dientes

Si ya hemos descartado otro problema de salud y el llanto del bebé se debe a la salida de los dientes, aquí tenéis algunos consejos para aliviarlo:
  1. Ofrécele un mordedor: dale algo que pueda morder, una goma dura, aros y anillos de goma y mordedores fríos, que son juguetes con un líquido dentro que se puede enfriar en la nevera (no congelar). Que sean seguros.
  2. El frío resulta un estupendo calmante para las encías doloridas: puedes frotar su encía con un dedo limpio y que previamente hayas metido en agua fría; ofrécele líquidos, gelatinas u otros alimentos fríos.
  3. Mantén la carita del bebé siempre limpia y seca: el contacto de la baba con la piel del bebé puede causar eczemas, sarpullidos e irritación. Es conveniente también usar una crema que le hidrate la piel y le cure esas irritaciones.
  4. Pon un empapador en su almohada. Sería conveniente poner un tejido liso debajo de su cabeza mientras duerme para que absorba sus babas.
  5. Cariño, comprensión y tranquilidad: estar a su lado, acurrucarle y darle mucho cariño le reconfortará en estos momentos.
  6. Si todos estos remedios no son suficientes, consulta con el pediatra sobre la conveniencia de prescribirle un analgésico o antiinflamatorio. Existen también fórmulas farmacéuticas en forma de gel para aplicar localmente en la zona afectada de la encía o incluso fórmulas homeopáticas.

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