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miércoles, 8 de octubre de 2014

Ébola: se desató la alarma


Si la Organización Mundial de la Salud ya había decretado una alarma mundial ante el creciente número de casos que iban surgiendo durante el transcurso de este año, la aparición de un caso en un país no africano, concretamente en Madrid, ha hecho que esta alarma se haya multiplicado. Hay que reconocer que la población está asustada,  porque en realidad falta información; incluso la ministra de Sanidad convoca a las autonomías a una cumbre sanitaria a la que no acude.
Pero vamos a intentar tranquilizarnos un poco, la persona no es contagiosa hasta el inicio de los síntomas, lo que facilita las medidas de protección.

El Ébola

El Ébola es un virus que produce fiebres hemorrágicas. Pertenece a la familia de los Filovirus y dentro del género Ébola se conocen hasta 5 especies distintas, de las que la especie Zaire ebolavirus es la más letal.
El Ébola fue descrito por primera vez en 1976. El primer caso del actual brote se cree que fue en diciembre de 2013, pero no fue hasta marzo de este año 2014 cuando se anuncia la presencia de un brote en Guinea. Este brote es el más extenso que ha habido jamás y, además es la primera vez que se confirma la transmisión del virus en grandes ciudades, antes sólo había ocurrido en zonas rurales.




Los síntomas

Los síntomas iniciales son similares a los de la gripe: fiebre, debilidad, falta de apetito, dolor de cabeza, dolores musculares y articulares. Después aparecen vómitos, diarrea acuosa. Puede aparecer también erupción por toda la piel. A los pocos días se complica y empieza la necrosis del hígado, riñón y bazo, siguen hemorragias digestivas y pulmonares  y pérdida de fluidos por todos los orificios. Después de ésto se produce fallo renal, dificultad para respirar y la muerte.
El Ébola es uno de los virus más mortíferos, con tasas que van del 50-90 %; de hecho está catalogado como potencial agente de guerra biológica. Pero también debemos tener en cuenta que las probabilidades de supervivencia aumenta con los cuidados médicos adecuados, por lo que un paciente tratado en un país avanzado (sanitariamente hablando) tendrá más posibilidades de sobrevivir.

La transmisión del virus

La infección por Ébola es una zoonosis: una enfermedad de los animales que pasa al hombre. Este paso se da por contacto con animales salvajes y el paso de persona a persona se da a través del contacto directo con cualquier fluido corporal (sangre, orina, sudor, semen, leche materna.......). NO se transmite por el aire ni por mosquitos.
Los brotes generalmente son muy localizados, familiares y personas del mismo grupo o tribu y personal sanitario. Su explicación pueden ser muchos ritos funerarios africanos en los que el cadáver se vela muchos días y los familiares y allegados se despiden del difunto con besos, abrazos y caricias al cadáver. Si el fallecido estaba infectado, el virus se transmite rápidamente entre los familiares, los cuales al enfermar van al hospital y los siguientes en infectarse será el personal sanitario si no ha habido sospecha del brote de Ébola y no se han tomado las medidas de prevención adecuadas.
De momento no tiene cura. No hay vacuna, pero se está trabajando en nuevos antivirales específicos contra el Ébola y vacunas.

Cómo surge un nuevo brote

No se sabe con total certeza cuál es el reservorio del virus en la naturaleza, pero ya hay pruebas de que se encuentra en murciélagos frugívoros, que son los que se alimentan de fruta. De ahí pasa a infectar a animales salvajes, principalmente primates, y luego puede pasar al hombre al manipular animales infectados que se han encontrado enfermos o muertos. Posteriormente el contagio y la extensión de la enfermedad puede darse a través de los ritos funerarios anteriormente comentados, por ejemplo, y por no disponer de un sistema sanitario adecuado.

Entre los factores que influyen en la aparición de nuevos virus se encuentran los siguientes:

  • factores propios de los virus: su capacidad de mutación y la velocidad de multiplicación de los virus
  • factores humanos: el hacinamiento, la falta de higiene y la dificultad de conseguir agua, así como que vivimos en un mundo sin fronteras en el que también los virus se mueven libremente
  • la acción del hombre sobre los ecosistemas y el medio ambiente: como las deforestaciones que hacen que los murciélagos se trasladen de un sitio a otro, construcciones de presas que al estancarse el agua se propicia el incremento de mosquitos en la zona. El cambio climático también influye ya que al cambiar la temperatura y la humedad, la concentración de mosquitos también variará.

Cómo luchar contra el Ébola

Es fundamental identificar y aislar a los pacientes para evitar la extensión de la enfermedad. Lo primero es romper la cadena de transmisión del virus.
  • si se sospecha de un brote: poner en cuarentena al individuo sospechoso
  • reducir el riesgo de transmisión de animales al hombre: evitar el contacto con murciélagos y monos y no comer carde cruda
  • reducir el riesgo de transmisión entre personas: evitar el contacto físico estrecho con pacientes y difuntos; utilizar equipo de protección adecuado (bata, mascarilla, gafas y guantes) para atender a los enfermos
  • los enfermos que mueren deben ser sepultados rápidamente en condiciones de seguridad o incinerados (debe incinerarse tanto el cadáver como su ropa)
  • controlar la infección en centros de atención médica y en laboratorios que manipulan muestras biológicas


El Ébola es un problema que atañe a todos y es necesario ayudar a los países que han tenido este brote porque por sí mismos no están siendo capaces de manejarlo debido a la precariedad de sus sistemas sanitarios.

Información obtenida de la página www.investigacionyciencia.es


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