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lunes, 17 de febrero de 2014

Pie de atleta (tiña de los pies)


La tiña de los pies o pie de atleta es una infección producida por un hongo dermatofito. Es una micosis superficial, restringida a la capa más externa de la piel, la epidermis. Afecta inicialmente a los espacios interdigitales tercero y cuarto de los pies, aunque frecuentemente acaba por extenderse a la superficie de la planta.
El pie de atleta es más frecuente en hombres que en mujeres, pudiendo aparecer tanto en niños como en adultos. El término pie de atleta se debe a que los atletas y deportistas en general, tienen una mayor incidencia de este tipo de infecciones debido a la intensidad de su ejercicio, que da lugar a calor y humedad elevadas en el pie.
Se trata de una afección muy contagiosa y el contagio puede ser por transmisión directa de persona a persona, así como a través de superficies húmedas como piscinas, baños, duchas, toallas, alfombras..........
en cuarteles, colegios, saunas, hoteles y gimnasios, donde el hongo puede persisitir durante meses. Otra forma de contagio es por mantener los pies húmedos durante periodos prolongados (por el sudor o por calzado mojado) y por el uso de calzado cerrado o fabricados con materiales sintéticos, que facilitan temperaturas relativamente altas.



Síntomas
Produce prurito, dolor e incluso inflamación, que puede llegar a ser moderadamente intenso, y puede complicarse con infecciones bacterianas secundarias, que son las auténticas responsables del característico mal olor.
En los meses cálidos se suelen producir frecuentes episodios de reactivación, con aparición de vesículas y ampollas. También pueden afectarse las uñas y, en este caso, las uñas infectadas engrosan y se deforman.


Tratamiento
La mayoría de las micosis superficiales son susceptibles de ser tratadas de forma tópica. La administración de una crema, spray o polvo antifúngicos , dos veces al día durante al menos 2-4 semanas, es eficaz en la gran mayoría de las micosis. De hecho, la causa más frecuente del fracaso del tratamiento es la falta de cumplimiento terapéutico. Hay que insistir en no suspender el tratamiento aunque se note una mejoría de  los síntomas en un plazo de tiempo inferior, ya que la infección reaparecerá.
Otro aspecto a tener en cuenta es que no se debe proteger la zona infectada con un vendaje oclusivo que evite la transpiración, puesto que esto favorece el desarrollo del hongo.
Si el tratamiento tópico no produce resultados apreciables en 2 o 3 semanas  es necesario volver al médico para una reevaluación clínica.
En el caso de diabetes o inmunosupresión siempre debe ser evaluado por un especialista antes de empezar ningún tratamiento, ya que en estos casos suele ser necesario un tratamiento por vía oral.

Prevención
Es importante seguir ciertas medidas higiénicas como las siguientes:

  • Evitar el calzado estrecho que oprime los dedos favoreciendo la sudoración y disminuyendo el flujo sanguíneo
  • Se ha demostrado que el uso de calzado que no transpira (fabricado con material sintético) o el uso cotidiano de calzado deportivo favorece la aparición de onicomicosis (hongos en las uñas) y dermatomicosis. Es más adecuado alternar los zapatos cada día para que puedan secarse por completo

  • Adecuado lavado y secado de los pies especialmente de los espacios interdigitales
  • Desinfección de todo el calzado que haya utilizado el paciente
  • Usar calcetines fabricados con fibras naturales como el algodón o la lana
  • Recordar que el hongo no se transmite sólo por contacto directo sino también por toallas, sábanas, ropa
  • Evitar utilizar instalaciones comunitarias como gimnasios, piscinas o saunas sin las medidas adecuadas de precaución (como el uso de patucos o zapatillas)
  • También puede ser útil utilizar talcos antimicóticos o de secado para prevenir el pie de atleta si se es susceptible a contraerlo o si se frecuentan zonas donde el hongo es común

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