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miércoles, 17 de julio de 2013

Sandía: una fruta muy refrescante


Como cuesta volver a arrancar después de un parón más o menos largo, os voy a dejar algunos datos sobre la sandía, datos que he recogido de la Fundación Española del Corazón.

La sandía es una fruta muy refrescante. Hundir los dientes en su perfumada pulpa y sentir la boca llena de jugo, constituye todo un placer cuando el calor aprieta.
Su cultivo se remonta a fechas muy lejanas en el valle del Nilo, tal como lo demuestran los jeroglíficos y las esculturas halladas en el Antiguo Egipto. La ausencia de citas sobre la sandía en la antigüedad clásica hace pensar que su introducción en el mundo grecorromano fue bastante tardía; quizá, tal como indican Plinio y Virgilio, al principio de nuestra era.
A España llegó en el siglo VIII, durante el periodo de denominación árabe, y su nombre original, sindiyah en árabe clásico, ya denota su procedencia. Redonda, intensamente encarnada en su interior, crujiente, dulce y acuosa, la sandía es hoy una de las frutas más extendidas por todo el mundo.
Las primeras sandías que se criaban salvajes eran pequeñas, amargas y poco apetecibles, pero el devenir de los tiempos, al igual que amplía su radio de acción, también ha hecho que el fruto evolucione mediante la selección de especies dulcificadas, dando paso al producto que conocemos hoy, un fruto jugoso y crujiente que, gracias a su cultivo tanto en invernadero como al aire libre, garantiza un amplio calendario de producción y suministro.




Beneficios de la sandía
  1. Es altamente diurética. La sandía es agua en un 93%. Eso la hace ideal para dietas de adelgazamiento y muy recomendable para enfermos renales.
  2. Aporta pocas calorías. 100 gramos de sandía sólo tienen 20,3 calorías. Eso, sumado a su gran cantidad en agua, que provoca una gran sensación de saciedad, la hace ideal en dietas.
  3. Es depurativa. Su elevado poder alcalinizante favorece la eliminación de ácidos perjudiciales para el organismo. Su contenido en fibra (0.3 gr) también favorece el correcto tránsito intestinal.
  4. Protege las células. Su contenido en betacaroteno ayuda a la buena salud visual, previene la aparición de ciertos tipos de cánceres y evita el envejecimiento celular por la sobreexposición al sol.
  5. Es buena para el cerebro. Tiene unos altos niveles de potasio y magnesio, minerales necesarios para la transmisión y generación del impulso nervioso y de la actividad muscular.
  6. Evita infecciones. Su característico color rojo se debe al licopeno, un antioxidante que previene frente a ciertos cánceres, problemas cardiovasculares e inflamaciones de la próstata.
  7. Protege el corazón. Es rica en citrulina, una sustancia que al convertirse en el aminoácido arginina protege el corazón, el aparato circulatorio y el sistema inmunitario.
  8. Es ideal para niños. Por su gran contenido en agua, su bajo aporte calórico y su contenido en calcio, fósforo, hierro y vitaminas C,A, B1, B2 y B6, es un alimento ideal para los niños.
Hoy en día hay en el mercado sandías que no contienen semillas y quizás os preguntareis cómo se consiguen (yo también me lo preguntaba) y en realidad se trata de un híbrido entre dos especies. Pero hay una marca que se atribuye ciertas propiedades como no contener colesterol, cosa que ningún vegetal contiene, no sólo esa sandía, y que puede llevar a pensar que sólo es saludable comer esa marca de sandía, pero no os dejéis engañar, todas son saludables.
Os dejo aquí un enlace sobre este tipo de sandías.  http://www.gominolasdepetroleo.com/2013/09/lo-que-esconde-la-sandia-sin-semillas.html 




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