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martes, 12 de noviembre de 2013

Cuidado del pie diabético


El 14 de Noviembre se celebra el Día Mundial de la Diabetes para conmemorar el nacimiento de Frederick  Banting quien, junto con Charles Best, concibió la primera idea que llevó al descubrimiento de la insulina en 1922.
La diabetes puede dar lugar a distintas complicaciones, pero hoy voy a referirme solamente al pie diabético y su cuidado.

Los pacientes diabéticos tienen un mayor riesgo de sufrir lesiones en sus pies (heridas, úlceras por presión, úlceras vasculares, etc) que el resto de las personas, por lo que deben tener especial cuidado con esta zona del cuerpo. La causa se debe a la combinación de diferentes factores que aparecen en las personas diabéticas:

  • Disminución de la sensibilidad por los nervios (neuropatía)
  • Reducción en el aporte sanguíneo por el estrechamiento de los vasos sanguíneos (arteriopatía periférica) 
  • Huesos más débiles como consecuencia de la disminución en el aporte sanguíneo
  • Mayor riesgo de sufrir infecciones


Una de las complicaciones más invalidantes de la diabetes es la úlcera del pie, que se define como una herida que sobrepasa la dermis, habitualmente por debajo del tobillo. Aun cuando se proporcione tratamiento inmediato e intensivo, estas heridas pueden tardar semanas o meses en cicatrizar o pueden directamente no cicatrizar. Esta situación no sólo da lugar a discapacidad física y una significativa reducción de la calidad de vida, sino que también procede a la mayoría de las amputaciones del miembro inferior.

La mejor medida para evitar estos problemas en los pies es incorporar a la vida cotidiana una serie de hábitos que ayudarán a prevenirlos:
  • Es conveniente hacer una inspección diaria del pie para detectar ampollas, hemorragias, maceración o excoriaciones entre los dedos; utilizar un espejo para la inspección de la planta y el talón y si se tienen problemas de visión, pedir ayuda a un familiar o cuidador.
  • Evitar la hiperhidrosis (exceso de sudor) en la piel; usar calcetines y medias de algodón, no utilizar elásticos ajustados que dificulten la circulación, cambiarlos a diario.

  • Evitar las heridas accidentales, no andar descalzo, inspeccionar el interior de los zapatos antes de ponerlos, utilizar zapatillas amplias en lugares como la playa o piscina.
  • Utilizar un calzado amplio y cómodo y evitar aquellos que puedan realizar marcas, rozaduras, presión en algunas zonas, etc, no utilizar tacones muy altos
  • Si se hace ejercicio, que sea con unas zapatillas acordes a la actividad que se vaya a realizar

  • No utilizar nunca bolsas de agua caliente o almohadillas eléctricas para calentar los pies, pero tampoco exponerlos a temperaturas extremadamente frías.

  • No apurar el corte de las uñas, sino hacerlo de forma recta y limarlas suavemente; no utilizar productos callicidas para eliminar callos o durezas, ya que pueden originar heridas inneccesarias, es preferible acudir al podólogo para eliminarlos.
  • Lavar los pies con agua y jabón durante 5 minutos (evitar el remojo prolongado), aclararlos después y secarlos muy bien, sobre todo entre los dedos.
  • Antes de utilizar agua caliente en la higiene de los pies, medir la temperatura con el codo.
  • Aplicar una crema hidratante después del baño, pero no entre los dedos por el riesgo de maceración.

  • Procura caminar a diario para mejorar la circulación.
  • No fumar.
  • Evitar la presión de la ropa de cama sobre los pies.
Notificar a la enfermera o el médico si:
  • aparecen grietas o secreciones purulentas en la piel de los pies
  • la piel cambia de color, se enrojece, toma un color morado o ennegrecido en alguna zona del pie o en todo el pie
  • aparecen hinchazones
  • siente molestias o un dolor inexplicable, especialmente si la piel está al tacto comparado con la misma zona del otro pie

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