Cuidados diarios para un rostro sano

El rostro es una de las partes de nuestro cuerpo que requiere de una mayor atención y cuidados. Reflejo de nuestro estado de salud y también de nuestro estado de ánimo, necesita de unas atenciones diarias que le permitan mantenerse en condiciones óptimas.
La piel no sólo se deshidrata cuando hace mucho calor, sino también cuando hace mucho frío, al igual que cuando hay un contacto prolongado o repetido con el agua debido a una higiene excesiva o a los baños, especialmente si son piscinas con cloro. De la misma forma, existen productos que la piel no tolera bien, ciertos agentes externos agresivos, así como el efecto de algunos medicamentos, pueden secar la piel.
Con el fin de poner freno al proceso de deshidratación de la piel, se debe adoptar una rutina que debe llevarse a cabo todos los días, no sólo cuando notamos que la piel está en mal estado. Esta rutina la podemos dividir en varios pasos:


1. Higiene
Diaria:
La piel se debe limpiar aunque no se maquille para eliminar la suciedad endógena (sebo y sudor) y la exógena (contaminación y restos de productos cosméticos). Es necesario preparar la piel antes del tratamiento diario (2 veces al día, por la mañana y por la noche sin excusas). Nunca te acuestes sin desmaquillar y no olvides el cuello y el escote. Limpiala suavemente, sin frotar la piel.
Es preferible utilizar limpiadores sin jabón para no alterar el pH ácido de la piel y, si el limpiador lo requiere, usa un tónico.
Semanal:
La higiene semanal (una vez a la semana más o menos) es el complemento ideal de la higiene diaria y se debe realizar siempre después. Elimina los restos de suciedad y capas de células córneas en superficie, lo que va a favorecer la renovación de las células de la piel y, a su vez, la penetración de los cosméticos.
Puede utilizarse una crema exfoliante y después la mascarilla.
La exfoliante se aplica siempre sobre el rostro húmedo con movimientos circulares. Nunca debe usarse en las pústulas de acné porque daña la lesión y la extiende a todo el rostro.
La mascarilla consigue un gran aporte de principios activos en la piel en un corto plazo de tiempo. Se retira con un disco de algodón impregnado en solución micelar, esponja o toalla húmeda.

2. Cuidado del contorno de los ojos
Se debe empezar a usar una crema adaptada a esta zona desde muy jóvenes, para prevenir los signos de envejecimiento (arrugas de expresión, flaccidez, manchas, deshidratación, bolsas, ojeras....). Aplicar un producto a diario (día y noche) y nunca en el párpado móvil (para evitar irritación). Gracias a la circulación linfática, se absorbe lo que necesita.

3. Aplicación de productos para rostro, cuello y escote: serum, ampollas, cremas.........
Los serum y ampollas son tratamientos intensivos que llegan a capas más profundas y actúan como vehículos de penetración. Su efecto es en muchos casos inmediato. Suelen ser muy concentrados, por lo que una pequeña cantidad de producto es suficiente.
Las cremas son un complemento que mejora el aspecto a nivel de la epidermis y retrasa los signos de envejecimiento. Su efecto no suele ser inmediato, necesitan en general de 1 a 3 meses para dar resultados.

4. El mejor cosmético es la protección solar
La piel tiene memoria y cuando se agota la capacidad de protección frente a la radiación UV, aparecen los signos de envejecimiento prematuro.
Además, la toma de medicamentos fotosensibilizantes hace que debamos extremar las precauciones con filtros de alta protección, incluso en las pieles de fototipos más altos.

5. Complementos de la rutina
Llevar una dieta equilibrda, beber al menos 1,5 litros de agua al día, reaizar actividad física moderada, dormir al menos 8 horas, tener una actitud positiva y evitar estrés, tabaco y alcohol.