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viernes, 11 de enero de 2013

Peligros de las pastillas milagrosas para perder peso


Hace unos días ya os hable de los riesgos de comprar medicamentos a través de Internet, ahora vuelve la alerta otra vez por ser un momento en el que mucha gente se propone adelgazar.


La Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) alerta, en un artículo publicado recientemente en la prestigiosa revista científica American Journal of Public Health, sobre los peligros que entrañan los suplementos dietéticos para perder peso. Suplementos que no son más que las nuevas generaciones de las píldoras "rainbow" o arco iris, llamadas así por sus colores brillantes y variados, que aparecieron hace más de 70 años como medicamentos para perder peso.
Aunque fueron prohibidas como medicamento en los años 70 en Estados Unidos y en los años 90 en España por su peligrosidad, se han vuelto a introducir en el mercado disfrazadas de suplementos dietéticos, lo que los protege de la estricta reglamentación aplicada a productos farmacéuticos. De ahí que recientemente la SEEDO haya recibido numerosas denuncias de nuevos productos que, mediante la combinación de múltiples sustancias “naturales”, aseguran conseguir una rápida e importante pérdida de peso.

Internet, el altavoz de los productos reclamo

El Dr. Albert Goday, vicepresidente de la SEEDO,  es el coautor de este artículo y el único español de los tres profesionales que participaron en su redacción.En él se hace una revisión de la utilización de pastillas de adelgazar en Estados Unidos, España y Brasil desde los años 40. Y se reflexiona sobre los canales de venta actuales: productos comercializados fuera de los circuitos de los fármacos convencionales, actualmente aprovechando las ventajas de la accesibilidad a internet y promocionándose a través de campañas de publicidad en televisión o medios escritos.
Productos milagro que prometen una solución rápida a los problemas de peso y que capitalizan la disposición de muchos pacientes a aferrarse a cualquier cosa que les ofrezca una solución exenta del esfuerzo de seguir una dieta. La creciente tendencia a la automedicación de la sociedad actual y los valores estéticos imperantes, están favoreciendo que, a pesar de su peligrosidad, este negocio lucrativo siga creciendo.
"Existen multitud de páginas en internet que promocionan productos milagrosos para la pérdida de peso y es un tema también recurrente en foros, pero no hay que perder de vista que estos pueden ser productos peligrosos que en muchas ocasiones no han pasado ningún control sanitario, y esto puede causar graves efectos secundarios e incluso muertes. De hecho, en estudios previos hemos podido documentar los peligros de estas pastillas milagrosas sobre el sistema cardiovascular, renal o endocrino. Si se consultara al médico antes de tomar cualquier tipo de medicamento o suplemento alimenticio, se evitarían muchos problemas " afirma el Dr. Goday.

Los peligros ocultos de los suplementos dietéticos

La Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos ha advertido recientemente a los consumidores sobre los riesgos de tomar suplementos no autorizados para perder peso, ya que podrían estar adulterados con múltiples fármacos no indicados para tratar la obesidad. Algunos de estos suplementos combinan anorexígenos potentes, tales como derivados de anfetaminas, con benzodiazepinas, bloqueadores beta y otros medicamentos para suprimir los efectos adversos de los anoréxicos.
"Los consumidores actuales de estos suplementos se enfrentan a los efectos adversos de los ingredientes que los componen y a los efectos desconocidos de tomar dosis inadecuadas. Hay que tener en cuenta también que existe el riesgo de que los productos estén mal compuestos y que no existe de cara al consumidor información fiable sobre lo que realmente están consumiendo " declara el vicepresidente de la SEEDO.
“La obesidad es un problema de salud importante, al que se está dedicando un extraordinario esfuerzo asistencial y de investigación científica en España, de forma que actualmente existen muchas vías prometedoras para avanzar hacia un tratamiento más eficaz. Pero todo ello vendrá de la mano de las instituciones sanitarias, y nunca a través de un atractivo anuncio en Internet. No se debe frivolizar un tratamiento, que en caso que sea fraudulento, junto a la ineficacia puede provocar efectos secundarios sobreañadidos”,concluye.

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