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jueves, 13 de diciembre de 2012

Salud Bucal y Alimentación


  Una buena nutrición no es sólo necesaria para tener una buena salud general, también juega un papel importante en el desarrollo y la protección de una buena salud bucodental. Se podría resaltar que una buena salud bucodental es el reflejo de una buena alimentación y nutrición, y viceversa.
  Una buena nutrición permite, no sólo, dientes sanos y fuertes resistentes al ataque de las bacterias, sino tener también encías y boca saludables, sin dolencias y en buen estado de funcionamiento y, por otra parte, una dentadura en buen estado permite masticar bien los alimentos, siendo el primer paso de nuestra digestión.

  Investigaciones recientes han señalado una relación entre infecciones orales crónicas y enfermedades cardíacas y pulmonares, derrame cerebral y nacimientos prematuros, lo cual refleja el papel de la nutrición en la salud bucodental.
  La nutrición también juega un papel importante en la maduración dental. Los dientes temporales se empiezan a formar en la tercera semana de vida intrauterina, de manera que cuando el niño nace tiene dentro de sus huesos maxilares los brotes de los 20 dientes que componen la fórmula dentaria temporal o de "leche" y las células diferenciadas que darán origen a los 32 dientes definitivos. Durante el embarazo debe lograrse un adecuado aporte de nutrientes que permita cubrir las necesidades propias de la madre y garantice el correcto crecimiento y desarrollo fetal. Para ello, se recomienda que se aumente la ingesta de calcio, vitamina B6, ácido fólico, hierro, vitamina C y D; pero deben ser de forma individual debido a la gran variabilidad del embarazo.

                                                 
  Posteriormente, la mayor o menor precocidad de la erupción dental en el niño es una característica individual que varía de un niño a otro, y que tiene un componente hereditario. Contrariamente a lo que se piensa, el retraso en su salida no se debe a un déficit de calcio (generalmente muy abundante en la alimentación del lactante), pero sí está relacionado con las horas de exposición solar y la vitamina D.

Papel de la nutrición en la caries
  Está demostrado que la alimentación influye sobre la aparición de la caries, pero esto no sólo depende del tipo de alimento, sino de la frecuencia y del momento en que éstos se toman. Así, son más cariogénicos:
  • dentro de los azúcares, los simples: la sacarosa forma unos compuestos a los que las bacterias se adhieren firmemente
  • alimentos retenidos más tiempo en la boca: chocolates, alimentos pegajosos, caramelos masticables, etc...
  • aquellos que se ingieren entre las comidas o poco antes de irse a dormir sin lavarse los dientes después de consumirlos
  Entre los alimentos preventivos se encuentra la leche de vaca y la leche materna por el alto contenido en calcio, fósforo y caseína (proteína láctea que protege contra la desmineralización) y porque el azúcar de la leche, la lactosa, es menos cariogénico que otros azúcares. También la previenen los alimentos que estimulan el flujo salival: alimentos integrales, cacahuetes, queso o chicle.
  Los quesos curados aumentan el flujo de saliva y protegen los dientes. Acabar una comida con un trozo de queso ayuda a contrarrestar la acción de los ácidos producidos por los carbohidratos consumidos en la misma comida.
  Los edulcorantes intensos (sacarina, ciclamato, aspartamo) y los sustitutos del azúcar (sorbitol, xilitol) no pueden fermentarse por las bacterias de la boca y no la perjudican. De hecho, los chicles sin azúcar estimulan el flujo de saliva, contribuyen a la prevención de la caries y, consumidos tras una comida, aceleran la limpieza de los restos de alimentos.

  En el caso de la gingivitis, que es la inflamación de las encías, se ha encontrado una relación entre la deficiencia de vitamina C y ácido fólico con su severidad. Por otro lado, una ingesta de alimentos frescos con alto contenido en fibra hace que se aseen las piezas dentarias a través de los movimientos de la masticación, colaborando a la prevención de la aparición de la placa bacteriana.

Nutrientes importantes para tener una buena salud dental

  1. Las proteínas son imprescindibles para la formación de los dientes. La desnutrición proteica causa un retraso significativo en la erupción de los dientes de leche y se ha visto que la desnutrición temprana y la aparición de caries están relacionadas.
  2. El calcio, la vitamina D y el flúor son necesarios para la formación de dientes fuertes durante el proceso llamado calcificación dental.
  3. Las vitaminas C y K son importantes porque mantienen las encías saludables.
  4. La falta de vitamina A durante la formación de los dientes interfiere con la calcificación dental y como resultado el esmalte de los dientes no se desarrolla completamente o se desorrolla mal.
  5. La falta de riboflavina (vitamina B2) produce la inflamación de la lengua, labios agrietados y úlceras en la boca.
  Una  nutrición correcta provee a nuestros dientes y encías de los minerales y vitaminas necesarios para su salud. Los lácteos son fundamentales para ello, pues permiten una ingesta adecuada de calcio. En el caso de susceptibilidad o alergia a la lactosa y/o las proteínas de la leche podría sustituirse por leche de soja o sus derivados.
  Los alimentos ricos en grasas mono-poliinsaturadas también son necesarios, pues permiten a nuestro cuerpo absorber el calcio de los alimentos. Entre ellos podríamos nombrar a las nueces, avellanas y quesos.

                                                                        
Recomendaciones para tener una buena salud bucodental

  • Mantener una dieta equilibrada. Comer escogiendo alimentos variados de cada uno de los 5 grupos principales de alimentos ricos en calcio y precursores de vitamina D: cereales; frutas; vegetales y hortalizas; carnes, aves y pescado; leche y derivados
  • No comer ni beber bebidas azucaradas continuamente. Dejar pasar tiempo entre comidas para que la saliva neutralice los ácidos y repare los dientes.
  • Es aconsejable evitar bebidas y alimentos ácidos durante el día (entre ellas se encuentran las bebidas energéticas). Se deben limitar a las comidas principales ya que son capaces de causar daños irreversiles en el esmalte de los dientes, algo que puede acabar causando sensibilidad al frío o al calor, caries o incluso pérdidas dentales.  Un ejemplo claro es la insistencia de los dentistas en que los niños no lleven zumos envasados para el almuerzo del colegio. Es recomendable aclararse la boca con agua y masticar chicle sin azúcar después de beberlas ya que estos gestos aumentan la producción de saliva que ayuda a recuperar los niveles de acidez normales de la boca. y, sobre todo, esperar una hora para cepillarse los dientes después de beberlas, para evitar que el cepillado aumente la acción erosiva del ácido.
  • Visitar al dentista regularmente.
  • En caso de vómitos  es aconsejable no cepillarse los dientes inmediatamente después: el ácido habrá desmineralizado la capa externa del esmalte y el cepillo eliminará esa capa y no se permitirá su remineralización. Enjuagar con bicarbonato o agua y cepillarse tras 15-20 minutos, cuando la saliva ha remineralizado el tejido dental.







2 comentarios:

Tot Dental dijo...

Un artículo excepcional y su lectura no debe perdérsela nadie que le importe su salud, muy completo y bien explicado, me gusta.
Un saludo cordial.

Unknown dijo...

Hola Tot Dental, muchas gracias. Me alegro que te haya gustado; en eso consiste nuestro trabajo, en promover hábitos saludables que eviten problemas de salud.
Un saludo

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